Cuando la vida es divertida, hay que hacer chistes sobre ella.

Billy Plimpton tiene un gran sueño: convertirse en un comediante famoso cuando sea mayor. Ya sabe muchos chistes, pero cree que tiene un gran problema que se interpone en su camino: su tartamudez.

Al principio, Billy piensa que la mejor manera de solucionarlo es... no decir nunca una palabra. Así, los niños de su nuevo colegio no le oirán tartamudear. Pero pronto se da cuenta de que ésta NO es la mejor manera de afrontar las cosas. (Para empezar, es muy difícil contar un chiste sin que se le escape una palabra).

A medida que Billy se abre paso hacia el centro de atención, le ocurren muchas cosas divertidas (y otras menos divertidas). Al final, toda la escuela se enterará...

Si crees que puedes retener a Billy Plimpton, estás advertido: ¡El chiste pronto será para ti!

Escrito por Helen Rutter